sábado, 21 de febrero de 2009

Querido Darío...



Un genio, un auténtico genio.
Me pregunto cuando perdemos la genialidad, la genialidad espontánea, directa.
¿Quizás algunas personas son capaces de mantenerla y son las que dejan huella en las diferentes artes?: la arquitectura, la escultura, la pintura, la literatura, el cine...
A mi hijo mayor el otro día le regalamos una libreta, de esas de tapas bonitas y que se cierran con una gomita. El pensó en que sería su diario, y lo bautizó, su diario se llamaría Darío... y las primeras líneas que escribió en su diario rezaban:
" Querido Darío...".
¡Sencillamente genial!

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