martes, 29 de septiembre de 2009

Proyectos.

Hay proyectos y proyectos.
Hay proyectos que buscan unos objetivos y otros que buscan otros.
Hay maneras y maneras de llevar adelante los proyectos.
Hay proyectos que son el fruto del esfuerzo y la dedicación y otros que de repente, aparecen como por arte de magia.
Hay proyectos que nacen limpios y otros en que enseguida se ven intereses enrevesados, voluntades ladinas e intenciones poco claras.
Figurines que se suben a un carro que hacen arrastrar a otros, pero desde el que les gusta saludar a la concurrencia.
También está ese afan de igualar "por debajo", para dar cabida a todos, dicen. O quizás habría que decir para que nadie les haga sombra. No hay mayor injusticia, ni despropósito.
Y hay proyectos, que solo por alguno de los compañeros de viaje que debes de llevar, no merecen la pena en absoluto.
De iluminados, ya ni hablamos.

13 comentarios:

Herodoto dijo...

Un proyecto que quiere nacer con la voluntad de ser serio e ilusionante conlleva una responsabilidad que sus mentores tienen que ser capaces de asumir. Esa responsabilidad misma les exige analizar las circunstancias y reconocer sus limitaciones, pedir la ayuda precisa si éstas son amplias y marcar unos límites y unas normas para evitar que la iusión y el trabajo se tornen decepción, especialmente cuando en el proyecto primigenio empiezan a involucrarse personas que creen en él y se esfuerzan por verlo fructificar de una manera seria, concienzuda y laboriosa.

Cuando estos puntos básicos no se cumplen, cuando en el proyecto empiezan a aparecer intereses espurios que buscan menos el éxito del mismo que el oropel y el aplauso de una concurrencia engañada por las lisonjas, las falsas sonrisas untosas e hipócritas y las caricias en el lomo, dicho proyecto nace ya destinado al fracaso de sus iniciales principios de ilusión y seriedad.

Todo proyecto de nacer siempre y necesariamente con afán de superación, nunca con el rasero de la mediocridad y la mínima exigencia en aras del relumbrón propio a costa de lo ajeno. Exigir no es descartar, es ayudar a mejorar.

Y si no se hace así, las cosas luego salen... como salen.

Y, efectivamente, yo tampoco quiero decir nada de los "iluminati"...

JESUS FIDELIS dijo...

Curiosamente, estos mezquinos, que hacen que no se emprendan nuevos proyectos, cizañeros, que se benefician del esfuerzo ajeno, se quejan amargamente de que no se creen grandes proyectos en España.
Hay que ser cínico, ellos son el motivo de que no se aglutinen esfuerzos ni voluntades, pues tienen las manos llenas de ignominias, puñaladas traperas y mamonadas.
Al final sólo se podrá crear algo, cuando ellos estén fuera del proyecto, si no que sigan viajando. Se deberían plantear hacerlo de contínuo y dejar que el recreacionismo español, se sacuda de cucaracha y ponzoña y de esa manera podamos ir haciendo las cosa que cada vez más gente desea.

Carlos dijo...

... y luego están los "Expedientes X".

Dice el refrán que donde caben dos, caben tres. Pero parece ser que donde caben setecientos no caben setecientos treinta...

Y pensar que en su día lo defendí... ¡PENITENCIA! ¡PENITENCIA!

Herodoto dijo...

Suscribo todas y cada una de las palabras. Mientras haya gente para la cual la Historia quede enterrada bajo metros y metros de estupideces, mamarrachadas, espectáculos absurdos y mentalidad de mercachifle antes que de amante de la Edad Media, no habrá modo de hacer algo digno con ellos...

JESUS FIDELIS dijo...

Carlos eso de los setecientos y demás, hace ya un tiempo alguien hizo una comparación.
Tenemos una paella, en ella caben esos setecientos ingredientes, mejillones, calamares, langostinos, gambas, almejas, etc...
La preparas de mil amores, pero si luego alguien le echa un puñado de azucar (ahí tienes a los otros treinta), la paella se va al carajo, y los setecientos ingredientes previos, se pierden.
Drástico, pero real.

JESUS FIDELIS dijo...

Bueno quizás estoy siendo injusto, y dentro de esos treinta, hay buenos ingredientes y únicamente sólo unos pocos individuos son los que estropean la paella. Pero mientras se vaya en el mismo paquete, es difícil distinguir el azúcar de la sal.
Nosotros decidimos hace ya un tiempo hacer paellas sin azúcar y salen de maravilla.

Carlos dijo...

Perdona, Jesús, he sido demasiado escueto y no me he hecho entender bien...

Con esos treinta no me refiero a los que piensas, sino a una coalición de grupos españoles que fue a una recreación del país vecino este fin de semana pasado, los cuales fueron hacinados en dos minúsculas "cuevas" en un castillo donde nadie los podía ver. En esa recreación participaron unos setecientos recreacionistas en un inmenso campamento.


Y da la casualidad de que en ese encuentro también estaba ese individuo en el que estamos pensando. Pero por supuesto, no se alojó en las "cuevas", no...

De todas formas, no hay pruebas fehacientes de que ese individuo tuviera algo que ver en que al resto de españoles se les ocultase de tal manera, pero sabiendo la influencia que tiene al otro lado de los Pirineos, da que pensar.

Y yo recalco, igual que tú, que no se puede meter a todos los individuos del grupo de aquél en el que todos estamos pensando en el mismo saco. Con la gran mayoría de ellos, al menos por mi parte, no tengo ningún problema.

Nuevamente, perdón por no haberme expresado bien al principio.

JESUS FIDELIS dijo...

No, perdoname tú por haber malinterpretado tu comentario.
El recreacionismo español tiene un terrible freno encarnado en este personaje, mientras siga ahí iremos "frenados" y vigilando nuestra espalda.

Herodoto dijo...

Y, por supuesto, divididos y sin capacidad ni posibilidad para hacer nada conjuntamente, que es lo más triste...

JESUS FIDELIS dijo...

Bueno ya veo que esto se ve desde el lado oscuro:

http://camara.superforo.net/acceso-a-miembros-f1/to-to-to-tooooooomaaaaaaa-t337-30.htm?sid=1fcef5698eebde75fffc9b05fb785c81

Herodoto dijo...

Ah, pues a mí me parece estupendo. Yo soy plenamente responsable de lo que digo y si no quisiera que cierta gentuza se enterase de lo que pienso, pues me callaría...

JESUS FIDELIS dijo...

Algunos, por ahí, a la mínima crítica, entran totalmente al trapo.
Simpre de víctimas pobrecitos.
"En términos taurinos “entrar al trapo” significa que el toro o astado sigue el señuelo (capa o capote) que le tiende el “maestro” o torero con la finalidad de cansarle, domeñarle y trastearle, para al final, tras las “suertes” de banderillas, pica y demás, darle el estoque final. Algunas veces se recurre a la “puntilla”, pero son las menos. El final casi siempre es el mismo: el toro al arrastre…"

Herodoto dijo...

¡Oh, cómo me gusta el campo!¡Me encanta!

Sobre todo el bucólico balar de los borregos. Dice el pastor ¡Haaala cordeeeeeera!! Y todas las ovejicas ¡BEEEEEEE...! ¡BEEEEEEEE...! Todas junticas, como una piña. Qué bonito. Qué campestre. Qué preciosa muestra de hermandad. Como cuando aparecen los lobos. Saben que si atrapan a una, pueden atrapar a todas, por eso surge el gregarismo como método de defensa. La naturaleza es muy sabia...