domingo, 15 de agosto de 2010

El cielo aguantó.



No se las veces que he escrito esta entrada, pero la tecnología es la tecnología, y ahora mismo soy casi un náufrago informático, con una conexiòn paupérrima e imposibilitado para subir fotografías, ésta me ha costado un dolor.

Ya casi no se ni lo que quería contar e incluso ya está fuera de tiempo, no es lo mismo escribirlo nada más llegar de Peracense que casi diez días después.

Pero al lío.

La primera vez que empecé con esta entrada decía algo así:


El tiempo aguantó, a pesar de las predicciones, de las danzas indias, los males de ojo o las maldiciones gitanas, el cielo aguantó.

Al límite, pues muchos de los asistentes regresaron a sus casas y al siglo XXI, atravesando densas cortinas de agua.

Quizás sea el agua el vórtice temporal que nos permite desplazarnos por ese tiempo, que algún físico definió como relativo.

La cuestión,el hecho objetivo es que el cielo azul nos acompañó a lo largo de los tres días que estuvimos en el castillo de Peracense. Este buen tiempo, nos permitió disfrutar una de las mejores experiencias recreacionistas, que hayamos vivido los que hasta allí nos acercamos.

La idea, si la tecnología me lo permite, es seguir relatando y dejando instantáneas de lo vivido en "el castillo rojo".

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