Rezan los clásicos, en concreto Ovidio.
"Tempora labruntur, tacitisque senescimus annis, et fugiunt freno non remorante dies".
El tiempo corre, y silenciosamente envejecemos, mientras los días huyen sin que ningún freno los detenga.
Este pasado mes de julio, hará 20 años en que dejábamos el colegio, acababamos COU y las selctividad y nos lanzábamos al mundo.
Aún recuerdo la cena de despedida de este curso que nos dieron en el colegio de La Salle.
Este mes de septiembre, mis compañeros, aquellos que consiguieron juntarse, celebraron los 20 años con una jornada de comida y cena, yo no acudí más que nada porque el aviso me llegó pasada la reunión. En su día ya hicimos otra comida a los diez años, aún no tenía entonces aninguno de mis dos hijos.
La verdad es que da vértigo el volver la vista atrás y ver que han pasado veinte años. Han pasado rápido, la verdad es que han cundido, he intentado vivirlos de manera intensa, de hacer cosas y la verdad es que algunas he hecho, he disfrutado en cada momento de lo que había , me he adaptado a los cambios y he cambiado voluntariamente a nuevas experiencias y vivencias y el balance es positivo.
Seguiré disfrutando de cada tiempo, cada novedad, con cada persona y en cualquier lugar, porque a pesar del cambio constante, estaré aquí como ser irrepetible, aceptando los cambios irremediables del universo que nos acoge.
4 comentarios:
Yo también soy lasaliano y he de reconocer que no me quedan muchas ataduras con los Hermanos de la Salle, más que nada porque tampoco he sentido nunca ese orgullo de escuela que a muchos sí que ha marcado de forma indeleble. También es verdad que a los 42 años la vista se pierde demasiado ya en el horizonte al mirar atrás como para distinguir las figuras con nitidez... Además, no todos los recuerdos que guardo de La Salle son buenos y tal vez el afán por olvidar ciertas vivencias ha hecho que terminen difuminándose todas...
Pues ya lo siento, porque yo sí tengo buen recuerdo, con sus luces y sombras, pero sobre todo, por que en aquel entonces teníamos toda la vida por delante.
Hombre, no es que me hayan quedado resquemor ni rencores con respecto a los Hermanos de la Salle, con algunos de los cuales (Lauro Arrate, por ejemplo, mi tutor de 6º de EGB) sigo teniendo algún contacto muy de vez en cuando. Pero sí es cierto que al igual que pasé buenos momentos, también tuve profesores (y compañeros) que no me lo hicieron pasar demasiado bien. Las canas me han ayudado a comprender y a perdonar, pero en ningún caso a olvidar...
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