El otro día escribió mi hijo una poesía, tiene seis años, el 22 de noviembre cumplirá los 7.
La hizo de manera espontánea, sin circunloquios... es bonita:
"El mar tiene olas tranquilas y saladas
da calamares, perlas, caracolas y conchas.
¡Ay qué triste irse del mar!
Sin él no habría marineros, ni barcos
con las gaviotas el mar es más bonito, y sus peces
el mar lo necesitamos para nadar, navegar y pescar".
A esta poesía le respondío con otra su profesora:
"Te gusta mucho el mar
tanto como al camalar
a las conchas, a las gaviotas
y también al cormorán.
Lleno está de marineros
que surcan la mar
con sus barcos pesqueros
que salen a navegar.
Vuelve siempre a la orilla
cuando quieras sentirte feliz
y piensa en las sirenas
que te irán a recibir".
Pues eso deseo yo, que sea feliz, a la orilla del mar o donde quiera que se encuentre y que siga siendo un poeta y que con sus ojos de niño siga descubriendo las cosas que a los mayores se nos pasan. De él es el futuro y de los demás niños, que lo construyan tan bonito como sus versos.
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