Francisco de Quevedo, importante figura del Siglo de Oro español.
Caballero de la Orden de Santiago, enemigo acérrimo del culteranismo y de Góngora, al que dedicó una de la poesías satíricas más populares "a una nariz".
Encarnó a la perfección el dicho "nunca la pluma embotó la espada", siendo capaz de escribir sublimes poemas de amor y sátiras modraces, al igual que batirse por una nimiedad o un tratamiento que pudiera considerarse poco respetuoso.
Siempre ha sido una figura muy popular, mi abuelo contaba muchas historias teniendo a Quevedo como protagonistas, todas plagadas de picardía y retranca, como aquella de ser capaz de decirle a la reina que era coja, por cierto cojera que él mismo sufría.
Ha vuelto a ser popular gracias al Capitán Alatriste, donde creo que se refleja perfectamente su personalidad y forma de ser.
Aquí pongo un precioso poema de amor de este personaje tan español.
Amor constante más allá de la muerte
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido:
su cuerpo dejará no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
2 comentarios:
Y sepa su merced que, según se dice en mi familia materna, de alguna rama colateral no muy clara del susodicho somos descendientes.
(Si es que la mala gaita va a ser algo genético...)
Pues es un honor conocer a un descendiente(aunque sea lejano) de tan ilustre personaje.
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