Este pasado fin de semana, en un extraordinario castillo cántabro, tuvimos la ocasión de compartir con buenos amigos, uno de esos fines de semana que no se olvidan, de los que te reconcilian con esta afición nuestra, donde le encuentras sentido a los esfuerzos y a los kilómetros.
En entorno era increible, la compañía inmejorable y no paré de cruzar hierros, lanzar venablos y escuchar interesantes conversaciones. Las anécdotas de sucedieron contínuamente, arrancándonos a todos unas sonrisa, hasta sonoras carcajadas, desde el sudoku, pasando por el amor bizarro, y demás guiños.
El nivel de recreación extraordinario. Estos encuentros son fundamentales para mantener viva la llama de la recreación, el gusto por las cosas bien hechas y la calidad.
Foto de Javi Colomino de Iparreco
Se han puesto un montón de fotos en facebook, y repito, que viéndolas, te vuelven las ganas de la recreación, cuando ves que als cosas se pueden hacer bien, estéticas, de calidad y además tener un buen rollo increible.
Una pequeña reseña en el Diario Montañés, no dejéis de ver las fotos:
Por cierto, al final la idea que llevaba de acudir a las Navas, no va a ser posible, aunque aún hay algún Fidelis que está haciendo cábalas para poder acudir.
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