martes, 25 de mayo de 2010

Desde mi atalaya...de Peracense.


Ya véis, en mi atalaya...de Peracense.
Desde aquí las cosas se ven con perspectiva, y más después de los años que llevamos asomados al horizonte.

Depende de si se mira hacia afuera o hacia dentro se ven cosas, a veces iguales, a veces distintas, y no creáis que cuando se mira hacia dentro de la fortaleza no se ven ejes de mejora, no ni pocos, diría aquel.

Esta afición, por denominarla X, es curiosa, poco tiene que ver con otras, tiene particularidades, ...particulares, cuando menos. Aderezado todo ello, con la naturaleza cainita de los habitantes de la piel de toro.

Es curioso ver como las discusiones son cíclicas. Los que hace unos años defendía una postura, al cabo de un par de año defienden aquella que es su día discutían y entran nuevos actores a la discusión que defienden posturas que ya hace un tiempo algunos dejaron de defender. Este fenómeno, quitando casos puntuales, se debe, quizás a lo denominado como evolución. Quizás, puede, tal vez... hay otras especies involutivas, condenadas o bien al ostracismo o bien a la desaparición, como bien argumentó Darwin en su día.

Pero lo dicho, esta afición es particular, nos planteamos cosas que en otras sería impensables.

En los campeonatos de golf, se pide un handicap mínimo para la asistencia, subiendo éste en función del nivel de dicho torneo. A nadie se le pasa por la cabeza, si no cumple ese handicap criticar a la organización por no tener cabida en esa competición, hay y habrá otras donde encajará y no tendrá ningún problema de asistencia. Al contrario, el día en que ese golfista aumente su handicap y quiera seguir "creciendo", querrá asistir a torneos con handicaps exigentes pues se esforzará en seguir mejorando y se asegurará de que se mantenga un nivel mínimo.

Lo que no quita para que esté tan ricamente en pachangas de domingo o torneos sociales, donde ese handicap sea mínimo o entren novatos a empezar con eso del golf.

¡Vaya simil más golf-o me ha salido!

Quizás así se entienda algo más el tema.

La verdadera libertad está en la variedad de elección, si no existen eventos recreacionistas, con la vocación de ser rigurososo, nadie podrá asistir a eventos rigurosos.

Fidelis no siempre ha estado con Peracense, de hecho, junto con Ciutadilla y Maderuelo, Teruel abrió los brazos a los recreacionistas, cuando Fidelis les hizo su hueco.
Además estamos en Luna, Moyuela, Anento, Alagón y otros muchos, aparte de nuestras colaboraciones con otros grupos y centros de enseñanza o de tiempo libre.

No había evento en que no llevaramos un nevera llena de cervezas, y mientras unos se ganaban el jornal, otros, nosotros, departíamos alegremente con los lugareños o entre los asistentes, con un cerveza fresca y buen rollo. Aún me sorprendo y no me explico, que día dejamos de beber como templarios y ser unos cachondos, para pasar a ser unos estirados e intrasigentes, supongo que es un misterio como el de las pirámides o similar.

Los eventos son diferentes unos de otros, aunque los grupos una vez han alcanzado un nivel de recreación, no tiene sentido que bajen el listón a pesar de asistir a eventos de nivel inferior, y ahí tienes el caso de Ferruza o la Mesnada, o algunos particulares (por llamarles así), que vayan donde vayan siempre van con un nivel extraordinario y son ejemplo y envidia de recreación medieval (siempre dentro de lo racional, el ejemplo de ir al baño y usar papel...ya huele, nunca mejor dicho).

Pues eso, que Peracense ha de ser un evento intrasigente, pues está en su naturaleza y en su génesis.

Eventos mutitudinarios, de buen rollo (lo que no quiere decir que no lo haya en Peracense, el año pasado a pesar de la lluvia pasamos un buen rato con "el novio y la novia"), hay otros y gracias a todos los nuevos grupos que han ido surgiendo cada vez más, y éstos además cada vez mejores.

Acampadas semi-privadas, eventos por invitación, en fin variedad, que es riqueza.

Dentro de la variedad Peracense quiere ser eso, exigente, riguroso y es mayor el esfuerzo por aplicar ese rigor al interior de la propia fortaleza que a lo que pueda entrar de fuera, así que me voy a quedar un rato mirando hacia dentro, que seguro encuentro eso: cosas a mejorar.


1 comentario:

Herodoto dijo...

¡Qué cosas más raras escribes, Jesús!...

Hoy precisamente he estado tomando unas copichuelas de Dom Pérignon del 89 (1189, por supuesto) y hablando un ratejo con mi señor don Jaime I (muy campechano, el hombre) y me ha dicho que igual se anima él también a acudir a Peracense este año, que la cosa se ha puesto bastante bien de nivel... Igual tenemos suerte y podemos cumplimentar a Su Majestad como merece. Además, le han traído una saya nueva de seda brocada, desde Constantinopla, y le gustaría enseñárnosla. Una bagatela, no creas...

En fin... Me voy a la cama, que el servicio ya me ha cambiado las sábanas, que estaban un poquito ajadas ya... La seda es lo que tiene.